Sólo la música que me gusta, me llega, me parece necesaria. Toda esa música que, con frecuencia, los medios se empeñan en impedir que escuchemos, pese a que, con mucha frecuencia, es la más valiosa.

sábado, 12 de enero de 2008

Ángel González: 'El éxito de todos los fracasos'



Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento.

Áspero mundo (1956)

Ha callado la voz de Ángel González. Y digo que ha callado su voz, no que se ha muerto. Un poeta sólo muere cuando le amortaja el olvido, cuando sus versos, finalmente, no le dicen nada a nadie.

Ha callado un poeta que escribió los versos justos y habló de todos al hablar de sí. No fue un gallo de corral hinchado, ni una gallina clueca, ni un estreñido ni un diarréico, como tantos vates de la tierra.

Fue un hombre y escribió poemas. Sin alambicamientos ni mariconadas, sin ismos ni -lo que es más relevante- cainismos. Cantó desde el centro del sentimiento y la razón y su poesía -por eso- está hoy tan viva como el primer día.

Porque estuvo siempre junto al pueblo, amó y cantó la música popular. Tenía buena voz y fino oído y gustaba de reunirse con músicos para escuchar y cantar, sin vedetismos ni elitismos, los sones que otros juzgan vulgares y pedestres.

Ha callado la voz de Ángel González, un paradigma de arte y vida. Todo un 'éxito de todos los fracasos'.



Mano a mano, Ángel González y Joaquín Sabina interpretan en Gijón un tango de circunstancias dedicado a la 'Semana Negra'.

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