Sólo la música que me gusta, me llega, me parece necesaria. Toda esa música que, con frecuencia, los medios se empeñan en impedir que escuchemos, pese a que, con mucha frecuencia, es la más valiosa.

jueves, 31 de mayo de 2007

Adiós y hasta siempre, Cacho Tirao




Oscar Emilio 'Cacho' Tirao, muerto ayer a los 66 años de edad, fue el guitarrista del mítico Quinteto Nuevo Tango, creado por Astor Piazzolla y que revolucionó el tratamiento armónico del tango tradicional y revisó en profundidad su concepto.

Piazzolla fue el gran maestro de muchos músicos argentinos, no sólo en tanto que renovador del tango sino también, especialmente, por el carácter avanzado e innovador de sus planteamientos musicales, basados en su familiaridad simultánea con la música popular, la clásica y el jazz.

Piazzolla, lógicamente, buscaba y encontró los mejores músicos para su quinteto. En Cacho Tirao halló al mejor guitarrista imaginable para su proyecto, un virtuoso apasionado de su instrumento y abierto a la innovación y al aprendizaje permanente. A cambio, Tirao ingresó en el mundo de una revolución musical que le hizo lo que acabó siendo: una referencia ineludible de la ejecución a la guitarra en Latinoamérica (especialmente) y en el resto del mundo.

Tras cinco años apartado de los escenarios a causa de una hemiplejia que le sobrevino durante una actuación, Cacho Tirao había regresado en 2006. Su voluntad de superación de una situación que le había sumido en un estado necesidad que movió a la solidaridad de numerosos amigos había tenido éxito, pero desgraciadamente duró poco.

En el video, de 1997, rinde homenaje al maestro Piazzolla. Y lo aquí escrito quiere ser un homenaje a ambos y una invitación a recuperar sus grabaciones y disfrutarlas, que es el mejor tributo que se puede rendir a un músico.


martes, 29 de mayo de 2007

Mercedes Sosa, un corazón libre

Mercedes Sosa (San Miguel de Tucumán, 1935) es conocida como “La voz de Latinoamérica” y es ese un título ganado a pulso en una larga y coherente carrera, iniciada a los quince años. Especialmente en el subcontinente es vista como una cantante de folklore, pero, al igual que Atahualpa Yupanqui, al que ella ha rendido siempre fecundo tributo, su eco capta la admiración de un público mucho más extenso que el interesado exclusivamente en la expresión popular.

Su voz ha llegado a todos los rincones del mundo no sólo porque es un instrumento amplio y hermoso, sino tambien y sobre todo porque el mensaje que transmite tiene validez universal y se envuelve en una calidad literaria nada común en el folklore. La vida de los humildes y la defensa de la paz, la justicia y los derechos humanos constituyen, junto con el canto al amor, el ‘leit motiv’ de sus canciones.

Las que he seleccionado para este resumido homenaje tienen en común la reivindicación de la libertad y la exaltación de la resistencia. “Como la cigarra” es una poema musicado de la escritora María Helena Walsh. “A Víctor” es un homenaje a Víctor Jara, cuya voz y creatividad fueron brutalmente abortadas por el fascismo pinochetista, obra de Otilio Galíndez y Roberto Todd. “Chacarera del olvidao” es una composición de Duende Garnica. Finalmente, “Corazón Libre” tiene como autor a Rafael Amor, que ha hecho buena parte de su carrera en España enarbolando siempre la bandera de su independencia artística y logrando llegar al público con sus directos en solitario, plenos de fuerza y poesía. El disco de Mercedes Sosa, que lleva precisamente por título el de la canción de Rafael, ha logrado un Grammy del que el cantautor irreductible se siente justamente copartícipe.



Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aqui
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,
tantas desaparecí,
a mi propio entierro fui
sola y llorando.
Hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez,
y volví cantando.

Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
tantas noches pasarás
desesperando.
A la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.




No puede borrarse el canto
con sangre del buen cantor
después que ha silbado el aire
los tonos de su canción.

Los pájaros llevan notas
a casa del trovador;
tendrán que matar al viento
que dice lucha y amor.

Tendrán que callar el río,
tendrán que secar el mar
que inspiran y dan al hombre
motivos para cantar.

No puede borrarse el canto
con sangre del buen cantor,
tendrán que matar al viento
que dice lucha y amor.

Tendrán que callar el río,
tendrán que secar el mar
que inspiran y dan al hombre
motivos para cantar.

Tendrán que parar la lluvia,
tendrán que apagar el sol,
tendrán que matar el canto
para que olviden tu voz.




De tu palo soy,
hijo de tu cuero.
Soy el olvidao
en la alcancía del tiempo,
el que se quedó
de pie poniéndote el pecho.

Flor obrera soy
silvestre de espuma.
Cuando el tren se va
miro en las vías la luna
pensando: tal vez
mi pueblo encuentre fortuna.

Mi bofe se hinchó
cuando repartieron.
De mi no se acuerdan,
dicen que nunca me vieron,
que no soy de aquí,
que ya no tengo remedio.

Soy el olvidao,
el mismo que un día
se puso de pie
tragando tierra y saliva
camino hacia el sol,
para curar las heridas.

Una herida soy
buscando el salario.
Maestros de pie
cuidando pichones blancos
que madurarán
iluminando este pago.

Soy el que quedó
en medio e'los ranchos,
guacho del fiao
a un mate y guiso inventado.
Hambre y rebelión
fueron creciendo en mis manos.

No quiero de más,
quiero lo que es mío.
Al maso trampeao
quiero torcerle un destino.
Levántate cagón
que aquí canta un argentino.

Te han sitiado, corazón, y esperan tu renuncia.
Los únicos vencidos, corazón, son los que no luchan.
No los dejes, corazón, que maten la alegría.
Remienda con un sueño, corazón, tus alas malheridas.

No te entregues corazón libre, no te entregues.
No te entregues corazón libre, no te entregues.

Y recuerda, corazón, la infancia sin fronteras,
el tacto de la vida, corazón, carne de primaveras.
Se equivocan, corazón, con frágiles cadenas,
más viento que raíces corazón, destrózalas y vuela.

No te entregues corazón libre...

No los oigas, corazón, que sus voces no te aturdan.
Serás cómplice y esclavo corazón, si es que los escuchas.

No te entregues corazón libre...

Adelante, corazón, sin miedo a la derrota.
Durar, no es estar vivo, corazón, vivir es otra cosa.

miércoles, 23 de mayo de 2007

José Feliciano: Rain



Tenía ganas de poner esta canción, mireusté. José Feliciano es un genio latino insuficientemente valorado por estas tierras y capaz no sólo de reinterpretar con originalidad y éxito temas de otros autores sino también de escribir grandes canciones, como ‘Rain’. Además, se sale tocando la guitarra.

Y viene a cuento. Llueve. Hace días que llueve aquí o allá, aunque parezca que sólo lo hace en la M-30, que, tras los últimos ‘arreglos’ tiene vocación veneciana. Llueve y la economía española ha crecido algo más de cuatro puntos en el primer trimestre.

Si Aznar siguiera en el Gobierno estaríamos oyendo a todas horas el latiguillo aquel de “Españavabién”. Como no está, le oimos otras cosas, las más de ellas delirantemente chuscas, como esta última perla surgida de las profundidades de su cerebelo: “Cada voto que no vaya al PP será un voto para que ETA esté en las instituciones”.

sábado, 19 de mayo de 2007

Tracy Chapman, con luz propia


Tracy Chapman (1964) no es una desconocida, pero tampoco es una estrella. Y la razón es que no quiere serlo. Intenta ser ella misma, personal y artísticamente, y graba y actúa cuando lo considera oportuno o conveniente, sin rendirse a las presiones de un sistema que exprime (a veces hasta la destrucción) a quienes caen en sus manos.

Su actuación, apenas grabado su primer disco, en la fiesta de celebración del 70 cumpleaños de Nelson Mandela, televisada internacionalmente, la transportó de golpe del anonimato al éxito, a un gran éxito. Un viaje vertiginoso del que Tracy decidió recuperarse no mucho después durante cuatro años de desaparición de la escena.

Así es Tracy Chapman, intima, directa y profundamente honesta. Sus canciones lo dicen inequívocamente en su sencillez y verdad, que lleva hasta la austeridad y la limpia simplicidad de los arreglos que las envuelven. En esta canción, Crossroads (cruce de caminos, encrucijada), expone en gran medida lo esencial de su filosofía.

All you folks think you own my life
But you never made any sacrifice
Demons they are on my trail
I'm standing at the crossroads of the hell
I look to the left I look to the right
There're hands that grab me on every side

All you folks think I got my price
At which I'll sell all that is mine
You think money rules when all else fails
Go sell your soul and keep your shell
I'm trying to protect what I keep inside
All the reasons why I live my life

Some say the devil be a mystical thing
I say the devil he a walking man
He a fool he a liar conjurer and a thief
He try to tell you what you want
Try to tell you what you need

Standing at the point
The road it cross you down
What is at your back?
Which way do you turn?
Who will come to find you first?
Your devils or your gods?

All you folks think you run my life
Say I should be willing to compromise
I say all you demons go back to hell
I'll save my soul save myself

Traducción:

Todos vosotros creéis que poseéis mi vida/ Pero nunca hicisteis ningún sacrificio/ Los demonios me persiguen/ Estoy en la encrucijada del infierno/ Miro a la izquierda, miro a la derecha/ Hay manos que me agarran de cada lado.

Todos pensáis que tengo mi precio/ Al que venderé todo lo que es mío/ Pensáis que el dinero manda cuando todo lo demás falla/ Id a vender vuestra alma y quedaros con vuestra cáscara/ Estoy tratando de proteger lo que tengo dentro/ Todas las razones por las que vivo mi vida.

Algunos dicen que el Diablo es una cosa mística/ Yo digo que el Diablo es un caminante/ Un idiota un farsante, un ilusionista un ladrón/ El intenta decirte lo que quieres/ Intenta decirte lo que necesitas.

De pie en el punto/ En que la carretera cruza/ ¿Qué está a tu espalda?/ ¿Qué camino tomas?/ ¿Quién vendrá a tu encuentro primero?/ ¿Tus diablos o tus dioses?

Todos vosotros creéis que dirigís mi vida/ Decís que debería transigir/ Yo os digo a todos vosotros demonios volved al infierno/ Yo salvaré mi alma me salvaré a mi misma.



domingo, 13 de mayo de 2007

Jean Ferrat: Nuit et brouillard




Jean Ferrat tal vez sea el más desconocido en España de los cantautores mayores (por calidad) de Francia. La razón fundamental de tal desconocimiento -indiferencia aparte- es que durante la fase más activa de su carrera, cuando aún cantaba en directo, coincidió con la dictadura franquista. Sus discos, en tanto que militante confeso y coherente del PCF, estaban prohibidos en nuestro país.

Quizás esa sea la razón de que no exista en el Internet castellano una biografía digna de tal nombre (ver en francés) del cantante y compositor galo, que también tuvo que soportar en su propio país la marginación de la televisión y la radio y cierta carencia de promoción, lo cual no impidió su éxito.

Coetáneo de Jacques Brel, el éxito se le resiste más que al belga, que graba su primer disco en 1953 mientras Ferrat no lo hace hasta 1958. En 1957 Brel alcanza la popularidad con ‘Quand on n’a que l’amour’. Ferrat le sigue en 1960 con ‘Ma môme’. Son, en cualquier caso, dos artistas muy diferentes. Expansivo y algo excesivo Brel, un auténtico ‘animal’ de la escena. Ferrat, contenido e íntimo, no se siente cómodo ante las multitudes ni disfruta la vorágine de las giras, que para Brel son una droga.

Ambos coinciden en su prematura retirada de los escenarios. Brel lo hace en 1967, a los 38 años, tras una gira de despedida interminable e inolvidable, aparentemente movido por el deseo de “no engañar” a su público con canciones interpretadas sin sentimiento a fuerza de ser repetidas. Para Ferrat, el retiro, que lleva a cabo en 1972 trasladando su domicilio a un pequeño pueblo de la Ardéche, obedece a una opción de filosofía vital. Quiere apartarse y vivir su vida personal lejos de los agobios y la expectación de París.

Pero si para Brel, que muere en 1978, la despedida es prácticamente definitiva, no es así para Ferrat, que seguirá componiendo y grabando, aunque de modo cada vez más esporádico, magníficas canciones que son acogidas por un público fiel.

Ferrat es un excelente letrista y compositor, que goza de una voz privilegiada, grave y plena. El conjunto de su obra, regrabada y editada en 1980 en una compilación de doce discos a la que han seguido otras, le muestra inequívocamente como uno de las ‘grandes’ de la canción francesa.

Nuit et brouillard (Noche y niebla, el mismo título de una película de Alain Resnais de 1955), publicada por primera vez en 1963, es, junto con La Montagne, Camarade, Les yeux d’Elsa, Aimer à perdre la raison y tantas otras, una evidencia incontestable de por qué Jean Ferrat debe ser conocido y reconocido.

Ver letra en francés (aquí)

Traducción:

Ellos eran veinte y cien, ellos eran millares/ Desnudos y delgados, trémulos, en aquellos vagones sellados/ Que desgarraban la noche con sus uñas batientes/ Ellos eran millares, ellos eran veinte y cien.

Se creían hombres, no eran más que números/ Su suerte estaba echada desde hacía mucho tiempo/ Cuando la mano vuelve a caer no queda más que una sombra/ Ellos no debían volver a ver un verano jamás.

La huída monótona y sin prisa por el tiempo/ Sobrevivir aún un día, una hora, obstinadamente/ Cuántos giros de ruedas, paradas y salidas/ Que no acaban de destilar la esperanza.

Se llamaban Jean-Pierre, Natacha o Samuel/ Algunos rezaban a Jesús, Jehová o Visnú/ Otros no rezaban, pero qué importa el cielo/ Querían simplemente no vivir más de rodillas.

No llegaban todos al fin del viaje/ Los que han regresado ¿pueden ser felices?/ Intentan olvidar, sorprendidos de que a su edad/ Las venas de sus brazos se hayan hecho tan azules.

Los alemanes vigilaban de lo alto de las torretas/ La luna se callaba como callabais vosotros/ Mirando a lo lejos, mirando fuera/ Vuestra carne era tierna para sus perros policías.

Me dicen ahora que estas palabras no tienen validez/ Que es mejor no cantar más que canciones de amor/ Que la sangre seca rápidamente al entrar en la historia/ Y que no sirve para nada coger una guitarra.

¿Pero quién tiene talla para poder pararme?/ La sombra se ha hecho humana, hoy es el verano/ Twistearé (*) las palabras si fuera preciso twistearlas/ Para que un día los niños sepan quienes fuisteis.

Erais veinte y cien, vosotros erais millares/ Desnudos y delgados, trémulos, en aquellos vagones sellados/ Que desgarrabais la noche con vuestras uñas batientes/ Erais millares, erais veinte y cien.

(*) La canción fue publicada en 1963, en pleno éxito del efímero ritmo llamado 'twist'.

lunes, 7 de mayo de 2007

Juliette Gréco: Dos canciones de resistencia

La derecha ha ganado las elecciones en Francia. La patria de la revolución es ahora conservadora. O se deja llevar por espejimos 'neocons' ante la crisis de identidad de la izquierda. Si en el post de ayer Jean Ferrat evocaba La Comuna y el horror de la represión protagonizada por Thiers, hoy es Juliette Greco quien evoca aquella efeméride crucial a traves del que fue su himno poético, 'Le temps de cerises'.

Hay otra Francia, la del 47 por 100 que no cree ni quiere a Sarkozy. Esa es la Francia que yo amo, la que antepone la esperanza al miedo y lucha por una sociedad mejor para todos. Sin ella Europa es una palabra vacía de sentido.

Canta Juliette Gréco. Concierto en Vienne en 1988.






Le temps des cerises (Letra: Jean-Baptiste Clément. Música: Antoine Renard 1867)

Cuando cantemos el tiempo de las cerezas/ Y alegre ruiseñor y mirlo burlón/ Estén todos de fiesta/ Las bellas tendrán la locura en la cabeza/ Y los enamorados sol en el corazón./ Cuando cantemos el tiempo de las cerezas/ Silbará mucho mejor el mirlo burlón.

Pero es muy corto el tiempo de las cerezas/ En el que dos se van a arrancarlas soñando/ Pendientes de orejas/ Cerezas de amor de ropas parejas/ Cayendo bajo la hoja como gotas de sangre./ Pero es muy corto el tiempo de las cerezas/ Pendientes de coral que se arrancan soñando.

Cuando estéis en el tiempo de las cerezas/ Si tenéis miedo de las penas de amor/ Evitadlas, bellas./ Yo que no temo las penas crueles/ No viviré sin sufrir un día./ Cuando estéis en el tiempo de las cerezas/ Tendréis también penas de amor.

Yo siempre amaré el tiempo de las cerezas./ Es de ese tiempo del que guardo en el corazón/ Una herida abierta/ Y Dama Fortuna, si me la ofrecieran,/ No sabría nunca calmar mi dolor./ Yo siempre amaré el tiempo de las cerezas/ Y el recuerdo que guardo en el corazón.

Mon fils, chante (Maurice Fanon, Gérard Jouannest 1976)

Para quienes entran en la danza/ En nombre de la gran esperanza/ Con desprecio de su vida/ Canta, hijo mío./ Para los que luchan por la vida/ Sin otras armas que su vida/ Para que ellos vivan mucho tiempo/ Canta, hijo mío./ Para quienes combaten la noche/ Por el día en que el sol lucirá/ Para todos los hombres/ Canta, hijo mío./ Para quienes mueren en camisa/ Al alba del tiempo de las cerezas/ Bajo los ojos de los fusiles/ Canta, hijo mío.

Hijo mío y tu, el hijo/ Que nacerá de mi hijo/ Mientras que muere la libertad/ Para que la libertad/ Viva en todo el mundo/ Hijo mío, hay que cantar.

Para quienes empujan sin esperanza/ La puerta estrecha de la historia/ En nombre del ideal/ Canta, hijo mío/ Para quienes son arrastrados a la oscuridad/ Sobre el suelo del último corredor/ De las cámaras de tortura/ Canta, hijo mío./ Para los que no verán ya nunca/ El rojo sol de mayo/ En el puerto de El Pireo/ Canta, hijo mío./ Para quienes hasta la muerte/ Tienen la fuerza de vivir todavía/ Para los que van a vivir/ Canta, hijo mío.
Hijo mío y tu, el hijo…

domingo, 6 de mayo de 2007

Jean Ferrat: 'Ma France'



Jean Ferrat (27-12-1930), cuyo nombre real es Jean Tenenbaum, tuvo una infancia amarga. Su padre, judío, fue deportado por los alemanes y murió en Auschwitz. El trabajo fue para él una precoz experiencia y los partisanos comunistas, la única referencia coherente de rechazo al invasor nazi en la Francia claudicante e indigna de Vichy.
Próximamente entraremos más a fondo en su biografía, pues es mi propósito comentar su emblemática canción Nuit et brouillard”. Hoy he querido evocar su visión nada complaciente de Francia, a cuya burguesía apostrofa sin piedad. Ferrat es el último vestigio de una generación de grandes cantantes-compositores galos cuyas luminarias mayores (Brel, Brassens, Ferré) han desaparecido. Ellos asociaron poesía, música e ideología de un modo inédito y tal vez, desgraciadamente, irrepetible.
Por supuesto: la elección de este tema, Ma France, no es casual. Francia decide hoy su futuro en las urnas. El dato de participación a las cinco de la tarde (75,11%) no deja lugar a dudas acerca de la consciencia que los franceses tienen de lo crucial de este relevo que decide entre lo-mismo-o-peor que antes y la esperanza de un cambio en fondo y forma de una república obsoleta.
Francia necesita un cambio y Europa necesita que Francia cambie.
De plaines en forêts de vallons en collines
Du printemps qui va naître à tes mortes-saisons
De ce que j'ai vécu à ce que j'imagine
Je n'en finirai pas d'écrire ta chanson
Ma France.

Au grand soleil d'été qui courbe la Provence
Des
genêts de Bretagne aux bruyères d'Ardèche
Quelque chose dans l'air a cette transparence
Et ce goût du bonheur qui rend ma lèvre sèche
Ma France.

Cet air de liberté au-delà des frontières
Aux peuples étrangers qui donnaient le vertige
Et dont vous usurpez aujourd'hui le prestige
Elle répond toujours du nom de Robespierre
Ma France

Celle du vieil Hugo tonnant de son exil
Des enfants de cinq ans travaillant dans les mines
Celle qui construisit de ses mains vos usines
Celle dont monsieur Thiers a dit qu'on la fusille
Ma
France
Picasso tient le monde au bout de sa palette
Des lèvres d'Éluard s'envolent des colombes
Ils n'en finissent pas tes artistes prophètes
De dire qu'il est temps que le malheur succombe
Ma France
Leurs voix se multiplient à n'en plus faire qu'une
Celle qui paie toujours vos crimes vos erreurs
En remplissant l'histoire et ses fosses communes
Que je chante à jamais celle des travailleurs
Ma France.

Celle qui ne possède en or que ses nuits blanches
Pour la lutte obstinée de ce temps quotidien
Du journal que l'on vend le matin d'un dimanche
A l'affiche qu'on colle au mur du lendemain
Ma France.
Qu'elle monte des mines descende des collines
Celle qui chante en moi la belle la rebelle
Elle tient l'avenir, serré dans ses mains fines
Celle de trente-six à soixante-huit chandelles
Ma France

De llanuras a bosques, de valles a colinas/ De la primavera que va a nacer a tus estaciones muertas/ De lo que yo he vivido a lo que imagino/ Yo no acabaría de escribir tu canción/ Mi Francia.
Bajo el gran sol del verano que curva la Provenza/ De las retamas de Bretaña a los brezos de Ardèche/ Algo en el aire tiene esa transparencia/ Y Ese gusto de felicidad que me seca el labio/ Mi Francia.
Este aire de libertad más allá de las fronteras/ En los pueblos extranjeros que daban vértigo/ Y de los que hoy usurpáis el prestigio/ Ella responde siempre con el nombre de Robespierre/ Mi Francia.
La del Viejo Hugo (1) tonante de su exilio/ De los niños de cinco años trabajando en las minas/ La que construyó con sus manos vuestra fábricas/ Aquella de la que el señor Thiers (2) dijo “que la fusilen”/ Mi Francia.
Picasso sostiene el mundo con la punta de su paleta/ De los labios de Éluard (3) alzan el vuelo palomas/ No cesan de decir tus artistas profetas/ Que ya es hora de que la desgracia sucumba/ Mi Francia.
Sus voces se multiplican hasta formar sólo una/ La que paga siempre vuestros crímenes, vuestros errores/ Abarrotando la historia y sus fosas comunes/ Que yo canto por siempre, la de los trabajadores/ Mi Francia.
La que no posee en oro más que sus noches en blanco/ Para la lucha obstinada de este tiempo cotidiano/ Del periódico que se vende la mañana de un domingo/ Al cartel que se pega en el muro del mañana/ Mi Francia.

Que ascienda de las minas, descienda de las colinas/ La que canta en mi, la bella, la rebelde/ Sostiene el porvenir apretado en sus manos finas/ La de treinta y seis a sesenta y ocho candelas/ Mi Francia.
(1) Se refiere al escritor Victor Hugo.
(2) Paul Eluard, poeta.
(3) Adolphe Thiers, responsable de la brutal represión de La Comuna de París.