Sólo la música que me gusta, me llega, me parece necesaria. Toda esa música que, con frecuencia, los medios se empeñan en impedir que escuchemos, pese a que, con mucha frecuencia, es la más valiosa.

miércoles, 8 de julio de 2009

Boris Vian, el artista integral


Francia rinde homenaje en estos días a uno de sus artistas más proteicos, prolíficos y controvertidos: Boris Vian (1920-1959), escritor, poeta, letrista, guionista, autor teatral, poeta, músico, cantante... La suya es una biografía tan breve como intensa. Víctima de unas fiebres reumáticas en su infancia, seguidas de fiebre tifoidea, Vian arrastró durante toda su vida la secuela de una insuficiencia aórtica que terminó con su muerte a los 39 años, sin haber podido mostrar todo cuanto podía ofrecer, pese a haberlo intentado febrilmente.

Sin duda fue la obsesión lacerante por la fugacidad de la vida que la enfermedad le indujo lo que le llevó a producir de modo constante e intenso en tantas y tan diversas actividades, regidas por el común denominador de la creatividad. Cuatrocientas canciones, once novelas y cuatro libros de poemas (por aludir sólo una parte) serían producción más que suficiente para una vida mucho más larga. Para Vian crear compulsivamente fue la forma más eficaz de escapar a la melancolía que le persiguió toda sin tregua.

La muerte le alcanzó el 23 de junio de 1959, cuando asistía de incógnito al estreno de un film basado en su novela “J’irai cracher sur vos tombes” (“Iré a escupir sobre vuestras tumbas”), firmada inicialmente bajo el seudónimo “Vernon Sullivan”, supuesto autor estadounidense que él se habría limitado a traducir. Se dice que la tensión que afrontó ese día le hizo olvidar tomar sus pastillas. La obra, que fue su mayor éxito de ventas (medio millón de ejemplares), le había costado todo tipo de disgustos hasta el último día de su vida.

Tras su aparición en 1946 había sido denunciada y prohibida por atentado a la moral y las buenas costumbres, con el agravante de que un ejemplar fue hallado en el escenario de un crimen pasional. Vian hubo de admitir su autoría y el descubrimiento de su 'doble vida' no gustó en el mundo editorial y crítico, que le condenaron al ostracismo e ignoraron con especial insistencia en lo sucesivo las obras firmadas con su nombre real, que eran a su juicio las mejores. La adaptación al cine, en la que participó inicialmente, le enfrentó al director y a la producción, pero cuando rompió con el proyecto no pudo impedir que éste siguiera adelante.


La java des bombes atomiques

Ingeniero, amante de las matemáticas y ajedrecista consumado, una de sus grandes pasiones era la música, esa matemática del espíritu que, en su caso, tomaba casi exclusivamente la forma del ‘jazz’, una ruptura con las fórmulas hasta entonces vigentes que tenía y tiene en la improvisación su caballo de batalla y su signo distintivo. Fue en su momento una de las mayores autoridades críticas europeas a través de revistas como ‘Jazz hot’, ‘Les temps modernes’ (Sartre) o ‘Combat’ (Camus).

Pero su pasión no se limitó a la contemplación y el análisis. Boris Vian era además músico en un sentido integral: compositor, letrista, trompetista y cantante. El inquieto e innovador Jacques Canetti le acogió, como a tantos renovadores de la canción francesa, en su pequeño cabaret ‘Les trois baudets’, donde Vian, venciendo una timidez en la que pocos creerían, adquirió confianza como intérprete de sus propios temas. Compuso canciones memorables, en las que el humor sarcástico y la denuncia, el impulso lírico y el ético se conjugaban con eficacia para construir obras falsamente sencillas, pero paradigmáticas en ese ‘arte menor’ que es la canción popular.

En ese terreno, como en todos los que practicó, estaba lejos de cualquier pretenciosidad. Quería divertir y divertirse, a veces de modo aparentemente artificioso y frívolo y siempre con el ánimo de poner el dedo en la llaga y nombrar lo que habitualmente se eludía. Así fue en todo lo que hizo. Exploró fronteras expresivas, morales y políticas y empujó los límites más allá, del mismo modo que lo hicieron la música de jazz o el surrealismo, que fueron sus fuentes de inspiración.

Tout a été dit cent fois
Et beaucoup mieux que par moi
Aussi quand j'écris ces vers
C'est que ça m'amuse
C'est que ça m'amuse
C'est que ça m'amuse et je vous chie au nez.


Traducción : «Todo ha sido dicho cien veces/ y mucho mejor que por mi/ también cuando escribo estos versos/ es porque eso me divierte/ es porque eso me divierte/ es porque eso me divierte y os cago en la nariz". (2)


No fue un gran compositor, no fue un gran cantante, no fue un gran escritor ni un gran poeta. Fue algo mucho más importante: fue Boris Vian, un explorador revolucionario y vanguardista que, en su paso fugaz por la vida, logró abrir una brecha en el muro y se quedó a vivir para siempre en la memoria. Ciertamente, estuvo a punto de perderse en el olvido, pero apenas nueve años después de su muerte la explosión juvenil de Mayo del 68 le rescató como un precursor de la contestación y el desenfado que fueron el sello de aquellos días que amargaron la vida del hasta entonces incontestable Charles De Gaulle.

Ahora, en el homenaje del cincuentenario, proliferan las iniciativas de recuperación; algunas sinceras y honestas, otras claramente oportunistas y mercantilistas. Son las consecuencias que tiene pasar de apocalíptico a integrado. Un doble CD ("A Boris Vian - On n'est pas là pour se faire engueuler") en el que cantantes franceses conocidos o emergentes interpretan sus canciones probablemente habría mandado a la tumba –si aún viviera- al Vian sensible y exigente que murió en el estreno de una traición cinematográfica a su obra literaria. ¡Qué lejos queda la excelencia interpretativa de Serge Reggiani!


Sic transit…


(1) Letra de 'Le deserteur'

Monsieur le Président
Je vous fais une lettre
Que vous lirez peut-être
Si vous avez le temps
Je viens de recevoir
Mes papiers militaires
Pour partir à la guerre
Avant mercredi soir
Monsieur le Président
Je ne veux pas la faire
Je ne suis pas sur terre
Pour tuer des pauvres gens
C'est pas pour vous fâcher
Il faut que je vous dise
Ma décision est prise
Je m'en vais déserter

Depuis que je suis né
J'ai vu mourir mon père
J'ai vu partir mes frères
Et pleurer mes enfants
Ma mère a tant souffert
Qu'elle est dedans sa tombe
Et se moque des bombes
Et se moque des vers
Quand j'étais prisonnier
On m'a volé ma femme
On m'a volé mon âme
Et tout mon cher passé
Demain de bon matin
Je fermerai ma porte
Au nez des années mortes
J'irai sur les chemins

Je mendierai ma vie
Sur les routes de France
De Bretagne en Provence
Et je dirai aux gens:
Refusez d'obéir
Refusez de la faire
N'allez pas à la guerre
Refusez de partir
S'il faut donner son sang
Allez donner le vôtre
Vous êtes bon apôtre
Monsieur le Président
Si vous me poursuivez
Prévenez vos gendarmes
Que je n'aurai pas d'armes
Et qu'ils pourront tirer (3).


Traducción: Señor presidente/ yo le escribo una carta/ que usted leerá tal vez/ si tiene tiempo usted./ Acabo de recibir/ mis papeles militares/ para marchar a la guerra/ antes de la noche del miércoles./ Señor presidente/ no quiero hacer la guerra/ yo no estoy en la Tierra/ para matar a pobre gente./ No es por enfadarle/ mas tengo que decirle/ mi dedcisión está tomada/ yo voy a desertar.

Des Desde que he nacido/ he visto morir a mi padre/ he visto partir a mis hermanos/ y llorar a mis hijos./ Mi madre ha sufrido tanto/ que está dentro de su tumba/ y se burla de las bombas/ y se burla de los gusanos./ Cuando estuve prisionero/ me robaron a mi mujer/ me robaron mi alma/ y todo mi queido pasado./ Mañana a primera hora/ yo cerraré mi puerta/ en las narices de los años muertos./ Marcharé por los caminos.

Mendigaré mi vida/ por las carreteras de Francia,/ de Bretaña a Provenza/ y diré a la gente:/ Negaos a obedecer,/ negaos a hacerla,/ no vayais a la guerra,/ negaos a partir./ Si hay que dar la sangre,/ vaya a dar la suya,/ usted es buen apostol, señor presidente./ Si usted me persigue/ advierta a sus policías/ que yo no tendré armas/ y que podrán disparar.

(2) Fragmento de “Je ne voudrais pas mourir”

(3) La primera versión, nunca grabada, sustituía los dos últimos versos por "que j'emporte des armes/ et que je sais tirer." Pese a tan significativa 'mutilación la canción fue prohibida y Vian apostrofado con epítetos contundentes. En 1954, fecha de su publicación, Francia perdía la guerra de Indochina e iniciaba la de Argelia, que también perdería.


Algunas iniciativas:

Libro "Boris Vian, le swing et le verbe ", de Nicole Bertold et François Roulman, Ed.. Textuel..

Disco " Boris Vian - 100 chansons ", 4 CD Jacques Canetti-Fnac.

Concierto homenaje à Boris Vian, el 11 de Julio en las Francofolies de La Rochelle.

Film "Boris Vian, la vie jazz", de Philippe Kohly, 1 DVD. Arte.