Jean Ferrat (27-12-1930), cuyo nombre real es Jean Tenenbaum, tuvo una infancia amarga. Su padre, judío, fue deportado por los alemanes y murió en Auschwitz. El trabajo fue para él una precoz experiencia y los partisanos comunistas, la única referencia coherente de rechazo al invasor nazi en la Francia claudicante e indigna de Vichy.
Próximamente entraremos más a fondo en su biografía, pues es mi propósito comentar su emblemática canción “Nuit et brouillard”. Hoy he querido evocar su visión nada complaciente de Francia, a cuya burguesía apostrofa sin piedad. Ferrat es el último vestigio de una generación de grandes cantantes-compositores galos cuyas luminarias mayores (Brel, Brassens, Ferré) han desaparecido. Ellos asociaron poesía, música e ideología de un modo inédito y tal vez, desgraciadamente, irrepetible.
Por supuesto: la elección de este tema, Ma France, no es casual. Francia decide hoy su futuro en las urnas. El dato de participación a las cinco de la tarde (75,11%) no deja lugar a dudas acerca de la consciencia que los franceses tienen de lo crucial de este relevo que decide entre lo-mismo-o-peor que antes y la esperanza de un cambio en fondo y forma de una república obsoleta.
Francia necesita un cambio y Europa necesita que Francia cambie.
De plaines en forêts de vallons en collinesDu printemps qui va naître à tes mortes-saisons
De ce que j'ai vécu à ce que j'imagine
Je n'en finirai pas d'écrire ta chanson
Ma France.
Au grand soleil d'été qui courbe
Des
Quelque chose dans l'air a cette transparence
Et ce goût du bonheur qui rend ma lèvre sèche
Ma France.
Cet air de liberté au-delà des frontières
Aux peuples étrangers qui donnaient le vertige
Et dont vous usurpez aujourd'hui le prestige
Elle répond toujours du nom de Robespierre
Ma France
Celle du vieil Hugo tonnant de son exil
Des enfants de cinq ans travaillant dans les mines
Celle qui construisit de ses mains vos usines
Celle dont monsieur Thiers a dit qu'on la fusille
Ma
Picasso tient le monde au bout de sa palette
Des lèvres d'Éluard s'envolent des colombes
Ils n'en finissent pas tes artistes prophètes
De dire qu'il est temps que le malheur succombe
Ma France
Leurs voix se multiplient à n'en plus faire qu'uneDes lèvres d'Éluard s'envolent des colombes
Ils n'en finissent pas tes artistes prophètes
De dire qu'il est temps que le malheur succombe
Ma France
Celle qui paie toujours vos crimes vos erreurs
En remplissant l'histoire et ses fosses communes
Que je chante à jamais celle des travailleurs
Ma France.
Celle qui ne possède en or que ses nuits blanches
Pour la lutte obstinée de ce temps quotidien
Du journal que l'on vend le matin d'un dimanche
A l'affiche qu'on colle au mur du lendemain
Ma France.
Qu'elle monte des mines descende des collines
Elle tient l'avenir, serré dans ses mains fines
Ma
De llanuras a bosques, de valles a colinas/ De la primavera que va a nacer a tus estaciones muertas/ De lo que yo he vivido a lo que imagino/ Yo no acabaría de escribir tu canción/ Mi Francia.
Bajo el gran sol del verano que curva
Este aire de libertad más allá de las fronteras/ En los pueblos extranjeros que daban vértigo/ Y de los que hoy usurpáis el prestigio/ Ella responde siempre con el nombre de Robespierre/ Mi Francia.
La del Viejo Hugo (1) tonante de su exilio/ De los niños de cinco años trabajando en las minas/ La que construyó con sus manos vuestra fábricas/ Aquella de la que el señor Thiers (2) dijo “que la fusilen”/ Mi Francia.
Picasso sostiene el mundo con la punta de su paleta/ De los labios de Éluard (3) alzan el vuelo palomas/ No cesan de decir tus artistas profetas/ Que ya es hora de que la desgracia sucumba/ Mi Francia.
Sus voces se multiplican hasta formar sólo una/ La que paga siempre vuestros crímenes, vuestros errores/ Abarrotando la historia y sus fosas comunes/ Que yo canto por siempre, la de los trabajadores/ Mi Francia.
La que no posee en oro más que sus noches en blanco/ Para la lucha obstinada de este tiempo cotidiano/ Del periódico que se vende la mañana de un domingo/ Al cartel que se pega en el muro del mañana/ Mi Francia.
Que ascienda de las minas, descienda de las colinas/ La que canta en mi, la bella, la rebelde/ Sostiene el porvenir apretado en sus manos finas/ La de treinta y seis a sesenta y ocho candelas/ Mi Francia.
(1) Se refiere al escritor Victor Hugo.
(2) Paul Eluard, poeta.
(3) Adolphe Thiers, responsable de la brutal represión de La Comuna de París.
1 comentario:
Muchas gracias.
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