Sólo la música que me gusta, me llega, me parece necesaria. Toda esa música que, con frecuencia, los medios se empeñan en impedir que escuchemos, pese a que, con mucha frecuencia, es la más valiosa.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Lockwood por el violín

Lockwood & Grappelli - Pent up house


Mientras en el resto de los países del mundo el jazz se extiende durante la primera mitad del siglo XX en forma de imitación de las fuentes originales, en Francia se reinventa y reedita merced a la poderosa influencia de dos extraordinarios talentos musicales, el del guitarrista gitano Django Reinhardt y el del violinista Stéphane Grappelli. Ambos, junto al contrabajista Louis Vola, son el alma y el motor del quinteto ‘Hot Club de France’, que revoluciona el concepto del jazz, especialmente en su concepción instrumental, y logra el aplauso incluso de los propios padres del invento. Hasta entonces el violín estaba prácticamente ausente del jazz y la guitarra tenía un papel modesto, merced fundamentelmente a Charlie Christian y Les Paul.

El deslumbramiento que Reinhardt y Grappelli causan en aquellos momentos (años 30) no será meramente anecdótico. Y menos en Francia que en ninguna parte. Hoy la escuela que ambos formaron sin pretenderlo tiene representantes tan relevantes en el violín como Didier Lockwood -en el que me centraré de modo especial- y Jean-Luc Ponty, mientras en la guitarra destacan poderosamente, entre otros, Biréli Lagrène y Stochelo Rosenberg, solista del trío del mismo nombre. Los viejos y desaparecidos maestros han sido en gran medida superados por sus brillantísimos y laboriosos discípulos.

'Nuages' - Didier Lockwood & BireliLagrene (Vitoria 2010)


Didier Lockwood, nacido en una familia de músicos, iba camino de convertirse en un virtuoso del violín clásico, con premio extraordinario incluido, cuando se cruzó en su camino el jazz, o el jazz-rock para ser más exactos, merced a la influencia de su hermano Francis, pianista. Así, a los 17 años, abandonó los estudios superiores y empezó a tocar allí donde tenía oportunidad, primero junto a su hermano en el grupo ‘Magma’ y luego, reconocida su valía por el oído experto de los grandes, en la big band de Michel Colombier, junto a su maestro nunca desmentido, Grappelli, o con el pianista Dave Brubeck.

Con sólo 23 años se impone el inicio de una carrera como solista que no ha dejado de ser premiada con el éxito desde entonces. Desde 1979 hasta la fecha se han venido sucediendo sus discos con las más diversas formaciones y en tipos de música diferentes, incluida la clásica. Al menos uno al año. Su talento, unido a sus dotes para el espectáculo, ha deslumbrado en todos los rincones del mundo.

Lockwood es una hombre de su tiempo, inquieto y curioso, con los oídos siempre abiertos a todas las posibilidades de explorar y explotar las capacidades expresivas del violín, un instrumento que en sus manos llega a adquirir dimensiones extraordinarias. El uso de la electrónica (efectos y secuenciadores sobre todo) y la experimentación con armonías ajenas a la disciplina occidental no sólo consolidan la presencia del violín en el jazz, sino que le dan carta de naturaleza en cualquier otra música que decida abordar.

En la selección de temas que he realizado, dentro de la no muy variada oferta de Youtube, he optado por el criterio restrictivo que supone la interpretación de ‘standards’ de jazz y dos de los videos ilustran precisamente la vigencia de la herencia fecunda de Reinhardt y Grappelli, mientras el tercero, está coprotagonizado por el admirado guitarrista de jazz Mike Stern
. Didier Lockwood, Mike Stern, Dave Weckl & Tom Kennedy



GLOBE-TROTTER, un solo extraordinario

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