Sólo la música que me gusta, me llega, me parece necesaria. Toda esa música que, con frecuencia, los medios se empeñan en impedir que escuchemos, pese a que, con mucha frecuencia, es la más valiosa.

domingo, 30 de marzo de 2008

Giorgio Gaber: Algo más que un cantautor


‘Destra – Sinistra’

Giorgio Gaber (1939-2003) no fue un cantautor al uso durante buena parte de su vida -justamente la más representativa de quién era realmente-, sino un hombre de teatro (cantante, actor y escritor) creador de un género, pariente del cabaret, conocido como teatro-canción.

Sobre las tablas, transformado en el Señor G, Gaber exponía sus más íntimas convicciones mezclando la interpretación de canciones con los monólogos, enlazando sin pausa ambos géneros con un humor corrosivo que tenía generalmente a la corrompida partitocracia italiana como destinataria de sus invectivas, pero también a los propios ciudadanos, entre los que se incluía. “La libertad no es estar arriba de un árbol,/ ni siquiera es el vuelo de un moscón./ La libertad no es un espacio libre,/ libertad es participación”. Eso escribió en una de sus canciones.

En principio nada indicaba que fuera a derivar en la dirección que finalmente tomó. A principios de los años 60 era un cantante de éxito, intérprete de canciones ‘bonitas’ y agradables, que hacía giras con Mina o Celentano y tomó parte en cuatro festivales de la canción de San Remo. Incluso presentaba un programa de televisión. Probablemente fue la convulsión que sacudió el mundo en aquellos años, especialmente a partir del 68, lo que le empujó a participar (ejercer la libertad) como mejor sabía hacerlo.

Si prácticamente todos los cantautores de su generación se declaran anarquistas, lo cierto es que sólo Guccini y Gaber lo manifiestan de modo más o menos abierto a través de sus obras. En el caso de Gaber, con una especial agudeza y virulencia, sin contemplaciones con nada ni con nadie. Y sin embargo, desde una especie de ternura que era su sello distintivo. Humor y ternura impidieron que sus textos se convirtieran en meros panfletos y le ganaron el favor de un público que se reconocía y reconocía a Italia en lo que Gaber decia.

Por el camino de la sátira, Giorgio Gaber dejó de ser una presencia habitual en la televisión. Algunas de sus canciones, como ‘Io se fossi Dio’ (Si yo fuese Dios) fueron prohibidas y otras, simplemente por tácito consenso, no se difundían en la radio ni en la televisión. Lejos de amilanarse, Gaber continuó trabajando en la dirección que le parecía más honesta, más en consecuencia con la caótica situación de una democracia en permanente crisis y crecientemente traumatizada por el acoso del terrorismo de extrema izquierda y extrema derecha.

Su último disco, como un colofón de su asqueamiento, se tituló ‘No me siento italiano’. Lógico corolario, tanto para un italiano como para un anarquista, no sentirse solidario de toda la mierda que se ha enseñoreado de un país antes y después de los Andreotti, los Craxi y los Marcinkus.

Los videos seleccionados muestran al Gaber-Gaber, demoledoramente sarcástico, virulentamente incorformista. El tema ‘Destra-Sinistra’ (arriba) registra su última y excepcional aparición televisiva, invitado por su amigo Adriano Celentano a su programa televisivo ‘125 millones de chorradas’ (sic). Lo mejor de aquel programa, aparte de la interpretación de esta canción, fue el agudo diálogo que protagonizaron ambos cantantes con el autor teatral y premio Nobel Dario Fó, ferviente admirador de Gaber y anarquista como él.

‘Destra-Sinistra’ ironiza sobre las supuestas diferencias entre ambos referentes del espectro ideológico (“bañarse en la bañera es de derecha,/ ducharse sin embargo es de izquierda/ un paquete de Marlboro es de derecha/ pero si es de contrabando es de izquierda…”); ( “Todo viejo moralismo es de izquierda,/ la ausencia de moral es de derecha,/ incluso el Papa está últimamente un poca a la izquierda/ y el demonio se ha hecho de derecha…"). Sin embargo, Gaber no cree en la muerte de las ideologías (“La ideología, la ideología/ a pesar de todo/ todavía creo que existe./ Es la pasión, la obsesión/ de tu diversidad/ que ahora mismo no se sabe dónde está/ no se sabe dónde, no se sabe dónde…”)

Lo shampoo (De ‘Dialogo tra un impegnato e un non so’)


L'Elezioni ( De ‘Libertà obbligatoria’)

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