Sólo la música que me gusta, me llega, me parece necesaria. Toda esa música que, con frecuencia, los medios se empeñan en impedir que escuchemos, pese a que, con mucha frecuencia, es la más valiosa.

viernes, 14 de marzo de 2008

Francesco Guccini, radical libre




Francesco Guccini (Módena, 1940) es tal vez el cantautor más ortodoxo entre los italianos. Al menos en el sentido de que su persona y su obra responden al retrato-robot de lo que tópicamente se considera un cantautor: alguien que da prioridad absoluta al texto sobre la música, que busca que sus letras tengan un carácter poético, o al menos cierta calidad literaria, y que muestra especial interés por la política y las realidades sociales.

Como en el caso de Bob Dylan, las letras de Guccini son considerablemente largas. Muchas de ellas no tienen siquiera un pequeño intermedio musical o un solo de guitarra. Son largos discursos o relatos que se justifican por sí mismos, sin que la música sea esencial. Personalmente, por eso mismo, Guccini no se encuentra entre mis preferencias, pero no puede estar ausente en la serie de posts que vengo dedicando a los cantautores italianos, precisamente porque está considerado entre los más relevantes.

Confeso anarquista, como tantos de los que venimos hablando, sus canciones tienen un contenido ideológico bastante mayor y más significativo que las de sus colegas. Ese hecho, junto a su capacidad poética, que no tiene inconveniente en mezclar ocasionalmente con un lenguaje abiertamente escatológico, han hecho que, junto a Fabricio de André, más contenido, sea reconocido como el cantautor por excelencia entre varias generaciones de italianos.

Nuevamente he tropezado con la carencia de videos de directos en Youtube. Hay una buena cantidad de vídeos del artista, pero se ve que Guccini no ha sido especialmente grato a la televisión. Con escasas excepciones, los directos son de muy baja calidad y no muy relevantes, por lo que me he visto forzado a elegir entre los que superponen imágenes más o menos significativas sobre dos de las canciones más emblemáticas del cantautor.

‘La locomotiva’ es una historia que parece salida de la película ‘Novecento’. Un maquinista ferroviario de convicciones anarquistas secuestra un tren de lujo, ‘pieno di signori’ (cuando "señor" era todavía un término que no se aplicaba a todo el mundo), e intenta lanzarlo a toda velocidad contra la estación de Bolonia. El convoy es desviado a una vía muerta y el maquinista muere. Eso no impide a Guccini mantener viva la metáfora de la locomotora:

“… Pero a nosotros nos gusta imaginarlo detrás del motor/ mientras hace correr la máquina a vapor/ y que aún nos llegue un día la noticia/ de una locomotora, como una cosa viva/ lanzada como bomba contra la injusticia.

‘L’avvelenata’ (La envenenada) es una extensa y vitriólica diatriba que tiene su origen en una crítica demoledora que Ricardo Bertoncelli hizo de su disco 'Stanze di vita quotidiana', en la que afirmaba, entre otras lindezas ‘proféticas’ que era "un artista acabado, al que no le queda nada que decir". El resultado es una gran canción en la que Bertoncelli queda (injustamente) inmortalizado y Guccini expone su particular poética, fundada en una decidida voluntad de insobornable autonomía.

La (canzone) avvelenata


Traducción de la letra (menos una estrofa)

Pero si yo hubiera previsto todo esto, datos causa y pretexto, las actuales conclusiones/ ¿creeis que por estos cuatro cuartos, esta gloria de idiotas, hubiera escrito canciones?/ Bueno, vale, admito que me he equivocado y acepto el crucifijo y así sea.,/ Soy, de la raza mía, tan grande sea, el primero que ha estudiado.
Mi padre en el fondo tenía además razón al decir que la pensión es realmente importante,/ mi madre tampoco se había equivocado al decir que un graduado cuenta más que un cantante./ Joven e ingenuo yo he perdido la cabeza, hayan sido los libros o mi provincianismo,/ es una polla en el culo es una acusación de arribismo, recelo de indiferentismo, soy lo que me queda..
Vosotros críticos, vosotros personajes austeros, militantes severos, pido perdón a usías,/ pero no he dicho que con canciones se hacen revoluciones, se pueda hacer poesía./ Yo canto cuando puedo, como puedo, cuando quiero sin aplausos o silbidos./ Vender o no se encuentra entre mis riesgos, no compréis mis discos o escupidme encima.
Según vosotros a mi me importa un bledo asumir la bronca de estar aquí arriba cantando,/ gozo muchas más emborrachándome o si no masturbándome, o, en el límite, barriendo.../ Si estoy de humor negro entonces escribo curioseando dentro de nuestras miserias:/ de ordinario tengo que hacer cosas más serias, construir sobre ruinas o mantenerme vivo.

Yo todo, yo nada, yo idiota, yo borrachuzo, yo poeta, yo bufón, yo anarquista, yo fascista,/ yo rico, yo sin un cuarto, yo radical, yo distinto e igual, negro, judío, comunista,/ yo maricón, yo que porque canto sé embaucar, yo falso, yo genio, yo cretino,/ yo solo aquí a las cuatro de la mañana, la angustia y un poco de vino, quisiera blasfemar.

(...)
Colegas cantautores, selecto grupo que se vende por la noche por unos poços millones,/ vosotros que sois capaces hacéis bien en tener los bolsillos llenos y no sólo los cojones,/ ¿Qué puedo deciros? Andad y haced, pero habrá siempre, lo sabéis,/ un músico fallido, un beato, un teoriquillo, un Bertoncelli o un cura para disparar sin piedad.
Pero si yo hubiera previsto todo esto, datos causa y pretexto, tal vez haría lo mismo./ Me gusta hacer canciones y beber vino, me gusta ir de putas pues nací tonto/ y por eso tiro p’alante y no me quito los harapos que suelo llevar./ Tengo todavía muchas cosas que contar a quien quiera escuchar ¡Y a la mierda todo lo demás!


8 comentarios:

Fernando dijo...

Hola

Descubrí tu blog hace 5 minutos, cuando revisaba los resultados de búsqueda del mío.

Me parec muy bueno el trabajo realizado con la canción de Guccini.

¿Hiciste la traducción?

Visita mi blog y me cuentas qué te parece: http://exnius.blogspot.com/2008/09/francesco-guccini-lavvelenata.html

Fernando dijo...

Olvide decir que esta canción es muyyy buena.

José Ramón San Juan dijo...

Gracias por tu comentario. Efectivamente, la traducción es mía.
He visitado tu blog, pero no tengo mucho tiempo, así que no puedo juzgarlo en profundidad.Me ha parecido muy ecléctico. Lo he añadido a mis enlaces para repasarlo con tranquilidad cuando pueda, así como tus otros enlaces.

Anónimo dijo...

el maquinista de la locomotiva no muriò!!

Anónimo dijo...

Por la traduction de "l'avvelenata" cuando en italiano dice scopare no es barriendo, es follar....!!...

Porque en Italiano scopare es barrer y follar.....

Fernando dijo...

Es cierto lo que dice "Anónimo": Follar!

Anónimo dijo...

la traducción tiene varios errores que cambian el significado de muchas frases clave

José Ramón San Juan dijo...

Anónimo (10-VI-2015): No dudo que haya errores (alguno ya me lo han señalado), dado que no domino el italiano tanto como quisiera. Sin embargo tu comentario carece de utilidad si no me los señalas. Si puedes aportarme las correcciones las incluiré, y si -aún mejor- tienes tiempo y voluntad para aportar la traducción completa la cambiaré por la mía y te lo agradeceré. Por supuesto, te la atribuiría a tí, si no tienes inconveniente en abandonat el anonimato.