Sólo la música que me gusta, me llega, me parece necesaria. Toda esa música que, con frecuencia, los medios se empeñan en impedir que escuchemos, pese a que, con mucha frecuencia, es la más valiosa.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

El ego ausente

Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo
ya nadie sabe el autor.
Tal es la gloria, Guillén,
de los que escriben cantares:
oír decir a la gente
que no los ha escrito nadie.
Procura tú que tus coplas
vayan al pueblo a parar,
aunque dejen de ser tuyas
para ser de los demás.
Que, al fundir el corazón
en el alma popular,
lo que se pierde de nombre
se gana de eternidad.

Este sencillo poema (conjunto de coplas a fin de cuentas) al parecer lo dirigió Manuel Machado al poeta Jorge Guillén (supongo que no fue al cubano Nicolás Guillén, pese a que le cuadraría mejor, pero vaya usted a saber). Manuel y Antonio Machado eran hijos de un folclorista andaluz, llamado como el segundo, en gran medida precursor de estudiosos más recientes de los usos, las costumbres y las músicas populares. Y no cabe dudar que la actividad del padre dejó profunda huella en ambos hijos (*).

El tema de la eternidad y el anonimato en la canción popular ha sido utilizado recientemente en Internet por quienes defienden el derecho a intercambiarse música sin ninguna restricción. Personalmente, no creo que el poema tenga mucho que ver con el tema de los derechos de autor, pero, como dijo el fraile, todo es bueno para el convento…

De lo que aquí se habla es de la gloria anónima de ciertos autores, populares o cultos. La literatura está repleta de romances y poemas anónimos, pero también de obras más largas y enjundiosas cuya autoría se ignora o discute estérilmente todavía. En ocasiones sus autores optaron deliberadamente por el anonimato, otras veces fueron su modestia o el azar los que dictaron el olvido. “…Y cuando las canta el pueblo ya nadie sabe el autor”.

Me viene a la memoria un juglar contemporáneo, ya desaparecido (2003), que decidió permanecer al margen del mercado y algunas de cuyas canciones alcanzaron una notable popularidad sin que nadie, salvo los más próximos a su círculo, conociera su autoría. Se trata de Chicho Sánchez Ferlosio, hermano del escritor (Rafael), cuya identidad se ha salvado del olvido merced a una película de Fernando Trueba -“Mientras el cuerpo aguante" (1982)- y el agradecido homenaje de Amancio Prada en su disco “Hasta otro día, Chicho” (2005).

Dudo que a Chicho le importase un ardite la ‘pequeña inmortalidad’ que le brinda póstumamente la admiración de sus prójimos. Yo, que tuve el privilegio de oirle en privado y soporté con humildad que me corrigiera unos acordes de la canción 'Caminando', del brasileño Geraldo Vandré, también intenté modestamente en su día rescatarle del olvido limpiando de ruidos y remasterizando un buen puñado de las canciones del único disco que grabó, 'A contratiempo' (1978), y que careció casi absolutamente de difusión. Al parecer ha sido reeditado en 2007.

Charles Trenet, al que en cierta medida cabe considerar como el padre de la canción de autor francesa, compartía ese sentimiento de sublimación artística en el anonimato, ese deseo de que sus canciones no se olvidasen aún a costa de ser olvidado. Así lo expresó en su canción 'L'âme des poétes'.





Longtemps, longtemps, longtemps
Après que les poètes ont disparu
Leurs chansons courent encore dans les rues
La foule les chante un peu distraite
En ignorant le nom de l'auteur
Sans savoir pour qui battait son coeur
Parfois on change un mot, une phrase
Et quand on est à court d'idées
On fait la la la la la la
La la la la la lé

Longtemps, longtemps, longtemps
Après que les poètes ont disparu
Leurs chansons courent encore dans les rues
Un jour, peut-être, bien après moi
Un jour on chantera
Cet air pour bercer un chagrin
Ou quelqu'heureux destin
Fera-t-il vivre un vieux mendiant
Ou dormir un enfant?
Tournera-t-il au bord de l'eau
Au printemps sur un phono?

Longtemps, longtemps, longtemps
Après que les poètes ont disparu
Leur âme légère, c'est leurs chansons
Qui rendent gais, qui rendent tristes
Filles et garçons
Bourgeois, artistes
Ou vagabonds.

Traducción:
Mucho tiempo, mucho tiempo, mucho tiempo/ después de que los poetas han desaparecido/ sus canciones corren aún por las calles./ La multitud las canta un poco distraída/ ignorando el nombre del autor,/ sin saber por quién latía su corazón./ A veces cambian una palabra, una frase/ y cuanto faltan las ideas/ hacen la la la la…

Mucho tiempo, mucho tiempo, mucho tiempo/ después de que los poetas han desaparecido/ sus canciones corren aún por las calles./ Un día, quizás, mucho después de mi/ un día se cantará/ este aire para mecer una pena/ o algún feliz destino,/ ¿hará vivir a un viejo mendigo/ o dormir a un niño?/ ¿Volverá al borde del agua/ en primavera en un disco?

Mucho tiempo, mucho tiempo, mucho tiempo/ después de que los poetas han desaparecido/ su alma ligera es sus canciones/ que ponen alegres, que ponen tristes/ a chicas y chicos/ burgueses, artistas/ o vagabundos.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

EL POEMA: NO YO.
hay quien lee y quien canta poemas que yo hice/ y quien piensa que soy un escritor notable./Prefiero que recuerden algunos de mis versos/y que olviden mi nombre:los poemas son mi orgullo.

José Agustín Goytisolo
(cuadernos del Escorial.1994)

José Ramón San Juan dijo...

Gracias por tu comentario. No conocía el poema, pero es coherente con la filosofía de J. A. Goytisolo y su desdén por el 'ghetto-Parnaso' de los poetas exquisitos, alienados en la palabra.