Del mismo modo que los ‘posts’ sobre Little Jack Melody y su debilidad por el cabaret europeo me condujeron a escribir sobre Ute Lemper y Paolo Conte, el trabajo sobre Lila Downs me llevó a otra gran ausente de ‘Toda esa música’, Lhasa de Sela. Hay mucho en común entre ambas mujeres, más allá de la obvia coincidencia de sus orígenes mestizos, que sin duda pesan en sus planteamientos artísticos.
Lhasa, nacida en 1972 en el pequeño pueblo de Big Indian, al norte de Nueva York, es hija del mexicano Alejandro de Sela, escritor y profesor de español y de literatura, y de la actriz y luego fotógrafa estadounidense Alexandra Karam, de origen judeo-libanés. El arte y la bohemia están en el origen y el desarrollo de Lhasa y sus tres hermanas, éstas artistas de circo, que han participado en el Cirque du soleil y otras iniciativas relevantes del nuevo circo artístico.
El Desierto
Durante siete años Lhasa y sus hermanas viajan junto a sus padres en un autobús entre Estados Unidos y México, en una experiencia de nomadismo que les margina de la enseñanza reglada y del embrutecimiento televisivo. La suya es una educación multicultural, abierta y libre, que abre también sus espíritus, elimina las fronteras y les llama al ejercicio permanente de la libertad.
Lhasa canta en público desde los 13 años y sus horizontes se amplían cuando se traslada al Canadá francófono (Montreal), donde sus hemanas trabajan en el Cirque du soleil. Allí no sólo se amplía su bagaje lingüístico con un idioma en el que va a despertar pronto el interés, antes que en español, sino que también, en 1991, encuentra al compositor y arreglista Yves Desrosiers, que será en gran medida el padre de ‘La Llorona’, disco que supone su primer éxito en 1997 y su introducción en el mercado francófono primero y en el español después.
Con toda palabra
Sorprendentemente, tras una exitosa gira internacional en 1998, Lhasa parece no estar segura de querer seguir ese camino absorbente del éxito, la carencia de anonimato y la disponibilidad permanente y ‘desaparece’ en Marsella, a donde se ha trasladado su familia. Allí, como una/o más se integra, junto a sus hermanas, en el proyecto de circo moderno ‘Pocheros’. Sin embargo, no deja de componer y a finales de 2003 verá la luz su disco ‘The living road’, grabado, como el primero, en Montreal, esta vez con el apoyo de Jean Massicotte y François Lalonde.
Es de nuevo el éxito y un extensa gira de dos años con 160 actuaciones en diversos países lo confirma más allá de todo lo esperado.
La frontera
Tal vez el alma gitana, trashumante y familiar de Lhasa de Sela se esté resistiendo ahora de nuevo a volver al estudio de grabación y a la vorágine de las actuaciones y los viajes en los que apenas se ve más que la habitación del hotel y el lugar de la actuación, pero ella es una auténtica artista y, siéndolo, es imposible dejar de acudir a la llamada de quienes esperan más. Más de esa sensibilidad y sensualidad interpretrativa, de su originalidad y de su fuerza.
domingo, 11 de noviembre de 2007
Lhasa de Sela: Originalidad y fuerza mestiza
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3 comentarios:
Hola.
Oye que buen blogg el que tienes aquí!!!
Metí a google Lasha de Sela y me encontré con lo que escribes. Dí con Lasha por su grabación "de cara a la pared" en un disco de Putumayo...así que como verás también soy un degustador de música...Ya estás en mis favoritos, seguro que rascaré todo lo que escribas y haré hirientes, halagueños pero siempre muy sinceros comentarios.
Bye
Gracias por tu comentario y por añadir este blog a tus favoritos. He visitado tu blog y me ha parecido muy interesante la selección de poemas que publicas. También yo te seguiré a ti.
Salud.
Me encanta Lasha!!!
Felicitaciones por tu blog!!!
Carmen Esplá
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