Cuando se repasa la biografía de las figuras más interesantes e importantes de la música francesa de los años 50 y 60 -en los que 'la chanson' brilló en todo su esplendor- de modo inevitable se encuentra una referencia crucial, un hombre llamado Jacques Canetti. Él convenció a Georges Brassens, que sólo pretendía ser un compositor de canciones, de que cantase sus creaciones; él logró que Jacques Brel abandonase Bruselas y la gris seguridad del negocio de cartonería familiar para iniciar en París su extraordinaria aventura.
Jacques Brel ~ Quand on n'a que l'amour por FairPlayOnly
Jacques Canetti no sólo tenía un olfato extraordinario para detectar el talento allí donde se encontraba, incluso semioculto bajo la timidez y la autocrítica de sus portadores, sino que poseía la fe, el entusiasmo y la tenacidad necesarias para convertir sus corazonadas en evidencias incontestables, subrayadas generalmente por el éxito popular. Esa es la razón por la que constituye una figura ineludible a la hora de hablar del mejor momento histórico del que llegaría a ser un género de culto en todo el mundo: la Chanson, que, entre lo popular y lo literario, mostró que la canción popular no tiene por qué ser necesariamente estúpida y/o frívola.
Su pasión era la música y la primera manifestación de esa inclinación fue el jazz. Con apenas 20 años ya organiza giras de 'jazz hot' (2) por las ciudades universitarias y poco después es el primero en hacer actuar en Francia a figuras de la talla de Louis Armstrong, Duke Ellington o Cab Calloway.
Cuando en 1935, de regreso de un viaje a Alemania, el publicista Marcel Bleustein-Blanchet, por igual seducido e inquieto ante el rumbo que la radio ha tomado en el país gobernado por Adolf Hitler, decide crear Radio Cité nombra a Canetti director artístico. El nuevo concepto radiofónico, que incluye por primera vez en Francia un informativo diario, encuentra en las iniciativas de Canetti su necesario contrapeso de entretenimiento, especialmente a través de un programa-concurso de intérpretes de canciones que concentra la atención de la audiencia.
En Radio Cité, de la mano de su director artístico, lograrán al conocimiento y el reconocimiento popular dos figuras de la talla de Edith Piaf y del autor, compositor e intérprete (ACI) Charles Trenet. La Chanson despegaba.
En 1967, alcanzada la cima del éxito, Jacques Brel expresó su agradecimiento a Canetti, que le había apoyado sin desmayo durante sus primeros tres duros años de inicio en París de este modo: irónico: «Usted ha tenido el mérito de sacarme de mi agujero, pero, en suma, usted me ha dicho lo que era probablemente evidente y, como usrted era Canetti, eso me ha dado el impulso necesario para hacer lo que yo tenía ganas de hacer en mi fuero interno. ¡Es usted quien debe decirme gracias! Yo he hecho honor a su reputación de descubridor"
Continuará.
Pie de foto: Conjunción de talentos en casa de Canetti en 1970: De izquierda a derecha, Georges Brassens, Jacques Brel, el escritor Jean-Pierre Chabrol y Guy Beart.
Nota: Escribir sobre Jacques Canetti era un viejo propósito, aplazado siempre hasta ahora por la extensión que imaginaba que habría de tener. Lo inicio hoy sin una previsión aproximada de la extensión que alcanzará, pues no sólo tratará de Canetti, sino también de los artistas -algunos poco conocidos en Españas- que se beneficiaron de su labor entusiasta e incansable.
(1) La estirpe de los Canetti tiene su origen (y debe su apellido) en la judería de Cañete (Cuenca), población de la que Elías fue declarado Hijo Adoptivo.
(2) Jazz anterior a 1930
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