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Sólo la música que me gusta, me llega, me parece necesaria. Toda esa música que, con frecuencia, los medios se empeñan en impedir que escuchemos, pese a que, con mucha frecuencia, es la más valiosa.
"Qué
mundo tan estúpìdo en el que para ser esclavo es preciso estudiar". Los
Deolinda son un grupo de cuatro personas que se reclama musicalmente de la raiz del
fado, pero también de toda la rica tradición de la música popular
portuguesa. Pedro da Silva Martins, uno de sus miembros, es autor de
esta canción (crítica, pero también autocrítica, contra la pasividad), que pone voz a la que, por adelantado,
se ha denominado 'generación perdida': jóvenes generalmente bien
preparados a los que el mercado laboral explota e infravalora,
cuando no ignora, especialmente en esta crisis a la que no se le ve el final. La canción
está subtitulada en castellano. Podría ser un himno generacional.